El sistema inmunológico es el mecanismo de defensa natural de nuestro cuerpo frente a enfermedades y sus agentes causantes. Los resfriados y otras infecciones que contraemos en la vida cotidiana suelen ser combatidos con éxito por nuestras defensas. La mayoría de virus, bacterias, hongos y otros patógenos ni siquiera logran causar una enfermedad, ya que el cuerpo los elimina casi sin que lo notemos.
Sin embargo, cuando el sistema inmunológico se encuentra debilitado —ya sea por estrés, un estilo de vida poco equilibrado, enfermedades recientes o una deficiencia de ciertos biofactores— somos más propensos a sufrir infecciones. Cuanto más tiempo tarda el sistema inmunológico en eliminar los patógenos, más reacciones de defensa aparecen: la tos, la congestión nasal e incluso la fiebre son respuestas que el cuerpo utiliza para expulsar virus y bacterias.
Por eso, lo ideal es fortalecer el sistema inmunológico desde antes, contribuyendo de forma activa a su buen funcionamiento y, en general, a la salud del organismo.